
Cuarzo
Dibujo sobre madera
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2025 / 66 x 58 cm / Grafito. Gouache. Pastel tiza. Microfibra. Madera
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Una casa erigida en el corazón
Mi catedral de silencio
Reanudada cada mañana en sueños
Y cada noche abandonada
Una casa cubierta de Alba
Abierta al viento de mi juventud.
Jean Laroche
Esta poesía encontrada en un libro de Gastón Bachelard inspiró el proceso de esta obra que se inició con un cuarzo encontrado en la Estancia La Lorenza Iguazú, una pequeña reserva privada de bosque nativo destinada a conservar una porción de Selva Atlántica en el Noreste de la Argentina, a 45 km de Iguazú, sobre el Río Paraná justo en frente a Paraguay y rodeada de selva.
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El cuarzo es uno de los minerales más abundantes en la corteza terrestre; se compone de sílice, una fusión de agua y arena que, a través de miles de años, se convierte en cristal.



Continúa Bachelard en su libro La poética del espacio:
Mi casa —dice Georges Spyridaki— es diáfana, pero no de vidrio. Es más bien de la misma naturaleza que el vapor. Sus paredes se condensan y se relajan según mi deseo. A veces, las estrecho en torno mío, como una armadura aislante… Pero otras, dejo que los muros de mi casa se expandan en su espacio propio, que es la extensibilidad infinita.
La casa de Spyridaki respira. Es revestimiento de armadura y también se extiende hasta lo infinito. Huelga decir que vivimos en ella la seguridad y la aventura por turnos. Es celda y es mundo. La geometría se trasciende.